Blog
España es uno de los países de la OCDE que se financia mayormente a través de los trabajadores, o dicho de otra manera, la suma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas más las cotizaciones a la Seguridad Social. Esta suma representa aproximadamente el 61,3%, mientras que la media de la OCDE se sitúa a poco más del 50%.
Eso quiere decir por una parte que un impuesto que grava el consumo, el IVA, un impuesto que tiende a ser igualitario entre clases sociales en el sentido que es un impuesto que afecta más a la población con mayor poder adquisitivo que se puede permitir adquirir más bienes y servicios, es un impuesto que debería tener mayor participación como fuente de ingresos. Sólo representa el 26,7% de los ingresos del Estado frente al 32,1% de lo que representa en la media de los países que componen la OCDE.
Para los que no han entendido muy bien lo que he querido decir hasta ahora, lo diré más claro:
El sistema tributario español penaliza más el trabajo que el consumo y la propiedad. No hace falta tener grandes conocimientos en economía para entender que ese no es el camino para trazar una mayor igualdad económica ni sirve para promover el trabajo, que sí que debe ser una de las fuentes más importantes de la riqueza económica. Además, otros impuestos como el de Sociedades o sobre el Patrimonio son claramente muy inferiores en nuestro país en comparación con la media de los países de la OCDE.
Otro dato que no nos satisface es que la suma de las cotizaciones a la Seguridad Social y el IRPF alcanzan en España el 39,3% del salario del trabajador medio español, bastante por encima de la media de los países de la OCDE, que es de 34,6%.
Estos datos tan malos para España serían mucho peores si no tuviéramos en cuenta a EEUU dentro de los países que componen la OCDE, ya que se trata de un país que no grava IVA y además computa en la media por encima de los otros países por tener una población mucho mayor que cualquier otro país de la OCDE.
Para acabar debemos subrayar que un alto coste laboral como el que tiene el estado español (de casi el 40% del salario bruto) es una importante barrera en la creación de empleo y en la entrada de inversión extranjera en nuestro país para potenciar nuestra economía.